jueves, marzo 06, 2014

Entre la continuidad y el riesgo. La integración de las TIC en Galicia a principios de nuestro siglo

Como resultado de una trayectoria de muchos años del equipo de investigación Stellae -liderado por mis amigas Lourdes Montero y Adriana Gewerc y con un plantel de investigadoras e investigadores jóvenes envidiable-  acompañando proyectos de innovación con TIC en Galicia, la obra relata con 4 casos la realidad de las TIC en escuelas y centros diversos del sistema no universitario.

En primer lugar me gustaría destacar que se construye un relato polifónico sobre la realidad de las escuelas. Los autores hacen un relato de lo que está pasando con cuatro relatos (hay además una estupenda y clarificadora introducción y un capítulo reivindicativo del soft libre). Aparecen un Centro Rural Agrupado o CRA, una escuela de infantil y primaria CEIP, un centro integrado y un centro de Secundaria. Salen y entran profesores, estudiantes, directivos, investigadores… Descubrimos estatutos profesionales de facto, los que pueden quedarse a una reunión, los que nunca se apuntan a nada, los que ya  tienen suficientes puntos de sexenios, la piedra de “lo práctico” opuesto a “lo reflexivo”… y gente maravillosa, que vive las escuelas y mira a la comunidad.

A veces aparece la administración educativa regional (la política educativa real), con sus mensajes contradictorios, con lo que parece querer decir y que los más viejos del lugar interpretan.

Las preguntas que se plantean son importantes. ¿Cómo ocurren las innovaciones? ¿Qué les pasa a las personas que las protagonizan, qué pasa en los sitios en que tienen lugar? ¿Cómo se modifica la “gramática de la escuela”, la feliz expresión de Tyack y Tobin sobre la forma de ser y hacer de las escuelas que conduce a inmovilismos y entropía?
Se analiza el tránsito de equipos humanos diversos por un espacio tan complicado como las transformaciones de lo dado, lo que los autores llaman “entre la continuidad y el riesgo”. Es un relato honesto, que habla de emociones, pequeños éxitos y también de fracasos. Del conocimiento declarado y del conocimiento en uso de las TIC (Cuban). Del valor simbólico para muchos maestros del dominio del ordenador. De que para innovar no basta con cambiar los muebles. Y algunos, en plena mudanza, deciden que quieren los muebles donde estaban, en situaciones que se llegan a calificar como “diálogo de besugos”.

El papel de la dirección aparece fundamental. Pero también la historia de innovaciones y luchas de las personas que adoptan el cambio. Al igual que en el trabajo coordinado por Juana Sancho y Cristina Alonso, aparecen algunos hitos sobre los que nos podríamos elevar y conseguir apoyar los cambios para otra escuela, las biografías personales, los proyectos emprendidos en el pasado, la ruptura del tiempo y del espacio, el protagonismo de los niños, el desarrollo profesional logrado gracias a todo el recorrido… No siempre se habla de la última tecnología o del último soft: a pesar de las experiencias tan modernas y reivindicativas de implementación con soft libre que relata Fernando Fraga, algunos proyectos intentan apoyarse por ejemplo en webquests como eje innovador. Para mi gusto, no importa el reto técnico, importa la escalabilidad y el deseo de hacer otra narración de lo que son las escuelas. Eso saco de estas lecturas.

¿Cómo se pueden apoyar desde las universidades? Sentía curiosidad por conocer cómo se acercan las compañeras a difundir algo que parece una buena nueva, algo liberador. Se acercan acompañadas de alguien de dentro. Como en toda aproximación etnográfica. Lo hacen con mucha modestia. Eso desconcierta a más de uno. Del discurso tecnológico se espera casi todo. De la autoridad universitaria, no digamos. Se elige el difícil camino de involucrar a la comunidad a diseñar su propio proyecto, evaluarlo mediante una estrategia de investigación-acción y adoptar a señoras y señores hechos y derechos  como “amigos críticos” y hacer “espejo”.

En cada esquina de la innovación con TIC acecha un vendedor de lavadoras (o el dispositivo que Vd. quiera), el tecno-eficientismo, el papanatismo, las conversiones… Posiblemente haya que pasar ese sarampión. Saber y dominar. Pero qué poco tienen que ver con hacer las cosas de otra manera en las escuelas.

Ojalá pudiéramos relatar muchas más veces estos acompañamientos, porque arrojan luz a la integración de las TIC que no acaba de llegar a las escuelas y nos da pistas para reflexionar sobre nuestra posición, la de las universidades, en las luchas cotidianas de las escuelas de cada barrio.



Montero, L. y Gewerc, A. (coord.) (2013). Una historia, cuatro historias. Acompañar proyectos de innovación educativa con TIC. Barcelona: Graó.


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