domingo, febrero 23, 2014

A propósito de "Educación, medios digitales y cultura de la participación"

Daniel Aranda, Amalia Creus y Jordi Sánchez-Navarro coordinan una obra coral sobre la ubicuidad de los medios, la cultura de la participación que propicia Internet y las redes sociales y la aspiración de una educación mediática o educomunicación en las escuelas. Contribuyen 29 personas, investigadores sobre redes y activistas de la educación.
La obra se despliega en debates y casos.
Los debates, en 7 capítulos, están dedicados a analizar las tendencias fundamentales de la participación en las redes y su incorporación al ámbito educativo. Entre los debates, se incluyen los de los usos (Aranda y Martínez), compartir (Sanz y Creus), cooperar (Ricaurte), las emociones (Ferrés), la emancipación (Aparici, Barbas) y aprender a lo largo de la vida (Osuna).
Sandra Sanz y Amalia Creus bucean en la forma de construir conocimiento con otros, y aportan conceptos como cognición situada, inteligencia colectiva y sharismo.
Joan Ferrés @joanferres plantea que vivimos una revolución basada en la investigación sobre el cerebro y analiza la presencia y necesidad de lo emotivo e inconsciente en nuevas propuestas educativas.
Daniel Aranda y Silvia Martínez analizan lo que denominan ludoliteracy, necesaria para aprovechar el videojuego. El videojuego es una metáfora de las posibilidades de las tecnologías ubicuas en una sociedad gamificada, pues propicia aprendizajes situados, aperturas cognitivas y sociales, y persigue la mejora o superación. También pasar el rato.
Paola Ricaurte @paolaricaurte revisa las posibilidades de la cooperación gracias a distintas herramientas, para las que sugiere una provechosa dinamización.
Roberto Aparici @Roberto_Aparici invita a deshacerse de las estrategias gutenberianas en los centros educativos y convertirlos en entidades educomunicativas emancipadoras. Ángel Barbas propone hacerlo de forma radical, preguntándose por los errores cometidos por una escuela inmóvil, y hacerlo fijándose en los movimientos ciudadanos, con una estrategia a caballo entre las tradiciones anglo y latinoamericana de educomunicación, con cierto hartazgo de las tecnologías y más preocupados por la investigación de los propios colectivos que emprenden estos cambios y los aprendizajes que puedan ocurrir.
Sara Osuna @soacedo propone superar el salvismo digital de naturaleza milenarista con las posibilidades de la web 2.0 para la construcción colectiva y creativa de conocimiento.
En la segunda parte de la obra, los casos, con 10 capítulos, hacen referencia a dispositivos: vídeo social (Ornellas) y video-wiki (Paredes), redes sociales (Montero y Gewerc) y radio (Fueyo y Sánchez); colectivos comprometidos: familias y escuela (Benyto, Mollet, Cortades y Sánchez), migrantes (Huertas y Martínez) y profesorado (Alfonso Gutiérrez, Toman y Hawkan); y propuestas educativas: nuevos espacios relacionales (Gabelas, Marta y Hergueta), MOOCs (Román) y ocio digital (Aranda y Sánchez). Se trata de ilustrar cómo, con quién y de qué forma generar espacios de transformación.
Adriana Ornellas describe un modelo para la universidad de aprendizaje basado en problemas, aprendizaje colaborativo y cultura participativa. Nos recuerda, como hiciera algunos años atrás Juana Sancho, que el problema no son los artefactos sino las ideas, y hay muchas: participación, co-construcción, autoría, reutilización, acompañadas por una propuesta de trabajo en grupo y las herramientas necesarias para desarrollarlo (por ejemplo SXC, musicalibre, jamendo, internet archive, muro virtual padlet y virtual dub.
Joaquín Paredes @jparedeslabra relata una experiencia de formación inicial de docentes de recuperación de la memoria de la comunidad, apoyada en un proyecto de vídeos y wiki, y el tipo de transformaciones que experimentaron los estudiantes que participaron en la misma.
Lourdes Montero y Adriana Gewerc @dogewerc escriben sobre la experiencia de portafolios en una red social como elgg. Muestran sorprendentes analíticas de aprendizaje y un trabajo sobre la autorregulación que se desprende de la participación de los estudiantes.
Fueyo @QueliFueyo y Sánchez escriben sobre la radio como vehículo de proyectos para abordar problemas sociales.
Mar Beneyto @marbeneyto encabeza un grupo de investigadores que analizan la presencia y posibilidades de las TIC en la mejora de los procesos de participación en las escuelas de las familias. Una tarea compleja que debe concitar infraestructuras, políticas de centro, aplicaciones y hasta voluntad de las familias.
Huertas y Martínez realizan un valioso mapeado sobre iniciativas que apoyan el empoderamiento de los migrantes en las zonas industriales españolas. Cómo aprenden a crear con TIC en talleres, la forma en que se aborda la interculturalidad y el género, dónde se realizan documentales sociales y cosmopolitas, y tiene una perspectiva crítica para algunas de las producciones analizadas.
Alfonso Gutiérrez, Armin Hottman y Felix Hawkan exploran nuevos referentes para la formación del profesorado con TIC gracias a la producción de vídeos. Es particularmente su análisis del proyecto viducate.
Carmen Marta @cmartalazo, Elisa Hergueta y José Antonio Gabelas @jgabelas analizan la importancia de lo relacional en la reconstrucción de las experiencias escolares. Iniciar un proyecto audiovisual lo facilita. Frente a otros discursos esencialistas, defienden por ejemplo el cotilleo y el flirteo como parte para vivenciar y analizar de lo cotidiano en las escuelas.
Esperanza Román @eRomanMe analiza con detalle un MOOC de la Universidad de Edimburgo y que se desarrolló en Coursera, el tipo de participación y colaboración habida, las posibilidades generadas y el futuro abierto de estos cursos.
Aranda y Sánchez-Navarro @jordisn cierran la exploración de los nuevos espacios y de los casos del libro con un estudio sobre redes, usos digitales y nuevas prácticas comunicativas.
La obra refleja la dificultad de hacer una foto de la ubicuidad, las redes y otra escuela. Opta con frecuencia por propuestas dilemáticas. Pone a las escuelas en la encrucijada de poder apropiarse de las herramientas y generar formas de expresión propias. A diferencia de la literatura tecnológica al uso, en la obra se hace evidente que las herramientas no son un martillo con el que remachar los clavos de la realidad escolar.
Se trata de una obra completa y de fácil lectura sobre las posibilidades de la conectividad y los dispositivos disponibles para hacer otro tipo de propuestas educativas, con la implicación de los estudiantes y para el redescubrimiento del placer de aprender construyendo conocimiento juntos.


Aranda, D.; Creus, A.; Sánchez-Navarro, J. (eds.) (2013). Educación, medios digitales y cultura de la participación. Barcelona: Editorial UOC.

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