jueves, noviembre 22, 2012

A propósito de la obra de Masetto sobre Inovação no ensino superior, y celebrando un año de trabajo para el espacio Innova universidad

El profesor Marcos Masetto, de la Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP),  ha tenido gentileza de hacerme llegar su última obra, Inovação no ensino superior (Sao Paulo, Loyola, 2012).
Como viene pasando en toda su producción científica, el rigor, la vocación divulgativa, el deseo de promover la renovación pedagógica sin negar la capacidad de cualquier docente universitario para hacerlo, la sencillez y bonhomía del profesor Masetto está presente en la organización de esta obra de unas 150 páginas y 7 contribuciones de miembros de su equipo de investigación, sobre esta misma temática. Reclama para la enseñanza universitaria nuevas formas de abordarla, con renovados principios organizadores de la enseñanza (una visión artística de la misma) y la evaluación, un bien documentado y sugerente capítulo de organización por proyectos, y un nuevo modelo de gestión democrática, vinculada con la comunidad (principios éticos), una obra en la que la formación de los docentes, la organización de las diferentes unidades las facultades y su gestión trabajan en la misma dirección, con una cultura innovadora de los centros universitarios.
Por mi parte entiendo que ésta es una  frontera hacia la que dirigirse, como hemos planteado en una reciente obra coordinada por Agustín de la Herrán y por mí. Se trata de una propuesta exigente, nos avisa Masetto, de lo que va a suponer innovar de verdad.

Innovar en cómo se enseña y se evalúa. Martha Prata-Linhares propone que en vez de trasmitir nos pongamos a crear con nuestros estudiantes, donde el enfoque artístico nos hace crecer como personas e investigadores y nos ayuda a aprender a darnos cuenta del mundo. Cristina Zukowski-Tavares, al hablar de la evaluación formativa en la educación, observa que armoniza la creatividad y la innovación, pero con toda su belleza es una simple utopía.
Innovar en el estilo y el espíritu de los centros universitarios. Cecilia Gaeta reclama una formación de docentes universitarios donde se combinen elementos clásicos (metodologías y similares) con otros como identidad docente, reflexión sobre la propia práctica y carrera docente. Como pasa en otros niveles universitarios, tras algunas innovaciones impuestas desde arriba sólo hay aire, y algunos profesores se resisten a adoptarlo tontamente.  Hace falta, por tanto, una formación que sea algo más que recetas para ser feliz. Elize Keller-Franco, a partir de una transformación radical promovida en su Universidad Federal de Paraná,  hace un documentado repaso de los posibles tipos de proyectos de trabajo en las aulas universitarias (ellos apostaron por el más arriesgado y nuevo): como metodología singular, como varias disciplinas dentro de un proyecto, como varias disciplinas aportando a un proyecto, como proyecto apoyado por varias disciplinas, un proyecto sin disciplinas y un gran tema con muchos proyectos. Sonia Fonseca reivindica una gestión democrática participativa y una visión no estamental del trabajo para promover la innovación.
En la obra se recuerda que en los últimos años la población estudiantil universitaria mundial se duplicó (se pasó de algo más de 50 a casi 100 millones). Esta cifra me hace pensar en el desbarajuste de las instituciones sometidas a este crecimiento, en la obsesión por la eficiencia de algunos, en los deseos por limitar la libertad de las universidades para organizarse y en las desigualdades sociales de los que llegan a la universidad comparados con la cohorte de la edad habitual de hacerlo (no creo que superen el 6% en todo el mundo). Aún formamos élites.

A propósito de todo ello, estos días cumplo un año contribuyendo modestamente al espacio Innova universidad, con un mashup que se llama Higher education politics. Salgo a un promedio de una noticia al día. Este trabajo me pone en contacto con numerosas iniciativas que, a veces, buscan la armonía que Masetto propone. Pero hay muchas amenazas a un proyecto armonioso.

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