Una participante en el museo pedagógico virtual vivo de la Uam me descubre que nuestro museo es muy similar a una actividad que realizó en Secundaria. Me cuenta Johanna: "hice la secundaria a un colegio judío de aquí de Madrid, y todos los años los alumnos de 2º de ESO realizan el trabajo de Shorashim, que en hebreo significa Mis raíces", que trabaja la identidad, la familia y algún familiar especial, y pone a explorar a los estudiantes en ello. Me ha dejado fascinado, pensando en las semejanzas y diferencias de nuestros proyectos.
Para mí las TIC son un abrelatas, así que lo interesante es la comunidad, el recorrido que hacemos hacia la comunidad y el que hacen los futuros maestros hacia un pasado que se releva cruel, injusto, brillante, resonante... que nos permite pensar en el presente y en el futuro, que desbarata la palabrería hueca sobre las TIC, que pone en el disparadero qué hacer con la innovación que prometen. Y lo hace con TIC y con la gente en contextos escolares.
La corriente biográfico-narrativa se convierte en una solución pedagógica de (literalmente) raíces y lo rizomático (Deléuze, perdona Rocío por la pedantería algo oscura de esta referencia) se extiende por el terreno en múltiples direcciones, sube, baja, se entrecruza, no para si la cosa da de sí. Fernando Hernández (Universidad de Barcelona) y Wolfgang Müller-Commichau (un amigo que trabaja sobre pedagogía intercultural en la Universidad de Kaiserslautern y que es un especialista sobre la educación en el mundo judio) deben hablar de todo esto. Alguna vez.
Por cierto, ideas o proyectos mediante una red social que me han surgido al leer los magníficos portafolios que han elaborado los participantes con los materiales: un proyecto sobre la miseria, la que nos queda más cerca, la que vivimos, la que generamos, cómo la retratamos y la superamos con la ayuda de la gente, las TIC y la escuela; otro sobre el imaginario de qué es ser profe en el cine, cómo lo vemos, cómo nos ven, cómo recogemos, reconstruimos, desmontamos ese imaginario con TIC y la gente... sigo pensando.
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