Me pregunta Paloma Díaz, la periodista especializada en temas educativos y de informática educativa del periódico El Mundo, que para qué creo que van a servir los ordenadores portátiles ya repartidos en las escuelas.
Le digo que si salimos del fango político en el que quieren enterrar cualquier idea sobre educación del gobierno de Zapatero a lo mejor sirven de algo, pero con los gobiernos regionales de Madrid, Murcia y Valencia inventándose que los ordenadores ciegan a los niños...
Le cuento mi viaje a Uruguay. Uruguay es otro sitio, me dice. Es un país de primer mundo con problemas de tercer mundo, y podemos aprender algunas cosas, por ejemplo que no todos somos clase media, que un buen puñado de personas no tienen acceso a lo digital y que la acción de la sociedad civil permite cosas que ningún sistema permite...
Buf, ¿pero qué pasa en las escuelas ahora?, me pregunta, ¿están en cajas los ordenadores que repartieron para cada niño?
Así que todo el mundo está ansioso por ver si este talismán, al decir de Bridget Somekh, ya está produciendo maravillas... Pues no lo sé, tengo entendido que han repartido los portátiles como pronto a mitad de curso, que los están repartiendo con gran dificultad, todavía hace unas semanas. Queda por tanto poco tiempo para plantear algo medianamente sensato este curso academico que acaba en menos de un mesen el hemisferio norte.
¿Qué harán con los ordenadores luego en las aulas? Como no pierdo mi punto académico, le hago una excursión por lo que ha supuesto 30 años de introducción de las TIC en las escuelas, y la actualidad del movimiento de un ordenador por niño, el software abierto, los "serious games", el multimedia empaquetable, los repositorios, los micromundos, la "realidad aumentada"...
¿Es que no saben los docentes? Pues creo que algo saben; miles de cursos de formación permanente durante 30 años, 15 años de formación inicial de docentes de Infantil y Primaria que ahora se han cargado mis ilustres colegas de otras ramas de conocimiento porque "todos los futuros maestros ya saben mandar un correo", la formación silenciosa sobre TIC de miles de colegas de Secundaria en la Uned... algo han tenido que hacer. En cualquier caso, a lo mejor hay que hacer lo de Uruguay... buf...
Le propongo entonces que le demos algún tiempo a las escuelas y a los equipos docentes. Por ejemplo, para que sus equipos directivos tomen decisiones organizativas que permitan utilizar el centro y su entorno de otra manera, quizá como ya he comentado que propone Zemos98 o como aparece en Nómada, el blog de Juan Freire, donde aprendemos qué significa un proyecto de narrativas audiovisuales y empoderamiento de los adolescentes y la comunidad desde una acción comprometida de las universidades y con ayuda de las TIC, donde seguramente podrían estar las escuelas.
Cosas más modestas e igual de importantes que se pueden hacer: hay equipos comprometidos con una escuela diferente a la de "los contenidos", tiembla Esperanza, que quieren salir de hacer lo mismo de siempre pero en digital y buscan la excelencia en la calidad de la comunicación en el aula, entre personas y con el medio, como cuentan Barba y Capella en su libro Ordenadores en las aulas: la clave es la metodología, en Graó. Hay universidades que quieren hacer cosas distintas y se involucran en la solución de problemas concretos, a ver si les dejan.
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