viernes, octubre 07, 2011

El aprendizaje colectivo como un espacio para nuevos problemas morales

Estoy trabajando con los participantes de una materia de deontología profesional para gestores de proyectos TIC en educación, en mi universidad -la UAM-. Nuestros avances van apareciendo en el blog editado por todos los participantes del grupo que se llama, provisionalmente, Piensa en TIC.
Simultáneamente, soy un mirón de MOOC11, un curso abierto masivo.
Allison Littlejohn es la ponente invitada en su cuarta semana, y su intervención me sugiere que existen muchos espacios nuevos para reflexionar sobre aspectos deontológicos de los profesionales de las TIC en educación. Me invita a pensar en qué nuevos comportamientos surgen en estos espacios y cómo los vamos encajando en nuestra forma de proceder en el mundo. 
Esta colega escocesa encuentra ejemplos de generación de aprendizajes colectivos en el mundo de los negocios y la industria

Y empiezan entonces para mí los problemas. Uno no poco importante es el sentido de esta generación de conocimiento, el servicio que presta la generación de ese conocimiento, a quién y para qué. Por eso, algunos de quienes seguimos este debate nos preguntamos lo mismo que Jeffrey Keefer: Are individuals exploited under the guise of corporate or organizational collective learning? (¿son explotados quienes participan en este tipo de aprendizaje colectivo de una organización o corporativo?).
También me hace analizar situaciones cotidianas: un proyecto de museo virtual que tengo en marcha, el uso del ancho de banda de cada usuario que hace Skype para que todos tengan acceso a una telefonía gratuita...
Me hace recordar una situación analógica: los estudiantes de un colega que fabricó un diccionario con sus fichas pero que no los incluyó como autores.
Littlejohn identifica estos productos como objetos sociales. Creo que no es lo mismo mejorar un servicio público (un museo, lo que una escuela ofrece a una comunidad...) que hacer que una empresa gane más dinero con las ideas de los usuarios sin dar a cambio algún servicio social a la comunidad. Lou McGill se pone espléndido y lo llama "acción colectiva". Con más gracia y más gráficamente uno que se llama a sí mismo "brainysmurf1234" (¿enano cerebrito?) le pone "cubo de arena/cubo de playa": este aprendizaje es similar a cuando de pequeños hacíamos castillos de arena en la playa (o el arenero) con un cubo de playa (sandbox). Quizá por eso pide que le devuelvan ya su cubo de playa (Could I have my sandbox back, please?).

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