Cuando las TIC no generan innovación

Con la introducción de las TIC no basta para innovar, nos dice Jordi Adell al valorar una investigación reciente, nos recuerda la prensa al leer los datos de los resultados de la penetración de las TIC en la enseñanza universitaria. Otro día hablaremos de a qué llegamos utilizando TIC.
Monto cursos en Moodle para apoyar mi docencia regular con maestros y futuros investigadores en educación. Los monto en una secuencia, con presentación de información, recursos de ampliación y actividades. Moodle es lineal. Mis cursos, una ensalada de cosas colgadas de una lista de la compra. Tal y como monto el curso pido a los estudiantes que lo lean, línea a línea el curso, que he montado una secuencia de aprendizaje en la que cada paso es fundamental. Los alumnos más jóvenes, que vienen a la universidad a aprobar, van al enlace que lista las tareas. Si montas un foro, se lo suelen saltar. Estoy descubriendo ahora qué es realmente un wiki (sí, 5 años después de que ya llegaran muchos), y tampoco. Los alumnos más mayores, que quieren aprender o quieren investigar sobre estos temas, no releen las presentaciones ni leen la teoría, ni buscan los vídeos con ejemplos o los comentarios jocosos de los comunicadores en educación como Adell o Area o Enrique García. Una alumna que venía a sacar nota me dijo: es que en tu curso hay que leerlo todo. ¡Bien!
A ver, yo estoy en clase trabajando con el grupo, y hablamos, y el resultado del curso es un material publicado en una web, que reúne materiales en torno a un proyecto y tiene un propósito educativo que podría ser transformador de una práctica.
Pero no damos el salto. No hay tiempo, todo es más demostrativo que productivo, no hay transversalidad con mis colegas de la facultad, no hay continuidad con la práctica.
A mí me parece que esta pedagogía lineal lo único que garantiza es un repositorio de material para lo básico, para que los chicos no tengan que buscarse la vida.
Hay un foro de dudas que está funcionando ¡por primera vez en 5 años!, funcionamos como un taller que da soporte a un proyecto para regalar a la comunidad, pero no nos lo creemos; no buscamos vínculos con la escuela, donde ofrecernos para echar una mano, como tutores para chicos sin motivaciones, con dificultades, tantos en las escuelas públicas madrileñas, o en la Secundaria del palo y tentetieso, como lectores de sus producciones, como propone Bigum, el elusivo y escéptico. Una historia del tipo de la que desarrolla Joxemi Correa en Donostia.