jueves, marzo 17, 2016

Cuando hablar de sacarse los mocos de la nariz genera simpatía por la investigación

Julieta Fierro hace divulgación científica en México, y lo hace muy bien. Es autora del libro de las cochinadas. Sus presentaciones son un show. Llega al estrado con una maleta de la que van saliendo cosas. Invita al público, como los payasetes o los magos (lo que para mí es una maravilla desde que era pequeño, no es peyorativo y demuestra su enorme inteligencia de físico), y estos invitados acaban su acto con una flor, un juguete que demuestra la importancia de las fuerzas de fricción, una pelota  china que demuestra que el universo se está expandiendo... Aprendes y te llevas un regalo. Llega incluso a tirar caramelos al público. Y nos aclaró por qué es importante sacarse los mocos de la nariz. Si quieren se lo relato en otro momento.

La profesora Fierro confiesa al principio del acto que lo hace para demostrar para qué sirve la astrofísica, que es lo que ella hace, y para justificar que se siga invirtiendo dinero en el tema. Una chulada.
En el marco del mismo congreso donde coincido con la profesora Fierro hubo, en otro momento, un debate donde a una profesora de Ciencias se le escapó, imprudente, que tenía compañeros que “sí hacían Física en serio”, pero en otra parte, no la en la escuela. Una pena, porque no ha entendido nada de la conferencia de Fierro. Eso me trajo a la mente una broma burda que corrió por las redes que, al parecer, provenía de estudiantes universitarios de ingeniería sobre lo mucho que estudiaban ellos y el tipo de aprendizajes infantiles que, suponen, hacen los futuros maestros.
Me puse a pensar que, quizá, la gente que trabajamos en educación necesitamos divulgadores como Julieta Fierro. Que demuestren, dejando una sonrisa en la boca, que la investigación educativa es capaz de explicar cosas que pasan en las aulas y en la vida de los niños y jóvenes. Algo que justifique fehacientemente la importancia de invertir en investigación educativa, que se percibe tan arcana como la metafísica. Incluso de algo tan cochino como sacarse los mocos de la nariz y que incide en nuestra buena salud. Seguro que hay algo equivalente, aparentemente trivial pero sustantivo para estar sano. Una pedagogía pública sobre la pedagogía. Que nos daría el prestigio que anhelamos. Para acallar a los indocumentados. Para poder generar más ciencia educativa. Hagamos un concurso de ideas.

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