sábado, mayo 12, 2012

Respuesta a una estudiante que no cree en la reflexión como eje del crecimiento profesional


Hola María,

El largo argumentario de tu memoria contra el papel de la reflexión en tu formación (que pensé que metías para engordar la memoria y autojustificarte... algo humano, disculpable, incluyendo la crítica al sistema de evaluación que se incluye, que aceptaste previamente) ya me debía haber alertado. Estoy preocupado, porque tú vas a ser psicopedagoga. Para tu formación no me resisto a hacerte algunas consideraciones:

1. el sentido original de unas prácticas era el de una inducción profesional supervisada. Es decir, que aprendías el oficio en compañía de alguien que ya estaba dentro, y te ponías a trabajar. Ahora es un espacio habitual en todas las formaciones profesionalizantes, trabajas un tiempo y luego te vas a tu casa. En algunos másteres al acabar tus prácticas te contratan en la empresa si lo has hecho realmente bien. Eso pasa desafortunadamente unas pocas veces. Las prácticas han perdido parte de su sentido. Tenemos que volver a encontrarlo.

2. En educación tenemos mucha tradición en la formación práctica, y pensamos que para la inducción profesional es fundamental la reflexión sobre la propia práctica, por lo que luego voy a decir. Para entender eso estaban las lecturas de Lieberman y Miller que hiciste la primera semana.

3. Siempre hay supervisión. Hay unas orientaciones en el plan de estudios sobre las prácticas para realizar esa valoración, con sentido, y profesionalmente. Vernos al principio y al final y compartir un cuaderno tenía ese sentido.

4. sobre la dirección de las prácticas: la determina la institución formadora en colaboración con los que acogen. Sólo se debería ofrecer como espacio de práctica la institución que negocia previamente un plan de trabajo y seguimiento. Si el sistema organizativo es malo, las prácticas pueden ser incluso deformantes. Vivimos en un espacio donde todo conspira para hacer fracasar lo serio, y más en lo público. Todo el mundo parece hacer un favor, por lo que parece que todo conspira para que no podamos pedir a la institución de prácticas ninguna responsabilidad ni plan. Además ni siquiera le ha buscado la institución la práctica sino que se la buscó el mismo practicante. Parece entonces que el sistema para sancionar positivamente tiene que cerrar los ojos, aceptar lo que se le da, de los que hacen más de lo que les corresponde, de los que no son pagados ni reconocidos, de los que además son los prácticos y saben... pero yo no trago. Esta dejadez generalizada de todo el mundo por asumir sus responsabilidades debería hacernos atender a todos con seriedad nuestras obligaciones, a la institución, al que deja hacer las prácticas y al que las sigue. Menos reproches y más trabajo serio.

5. Para la vida profesional en general: hay un sentido poco profesional en empeñarse en la superioridad de la práctica (cuando hay visiones tan antiguas de la vida y la profesión) y en desmerecer la reflexión y basarse meramente en la practicidad. Creo que Gergen, en "El yo saturado", habla con rotundidad de este tema, pero no tengo a mano la referencia.

6. sobre la reflexión: el diálogo que hemos intentado mantener ha sido menos frecuente de lo deseable, siempre había una disculpa para no mantenerlo, tu experiencia previa sobre la práctica no era positiva, tampoco me parece que hayas entrado en el diálogo con muchas ganas (aunque tampoco tenías ganas de hacer una memoria convencional, ninguna memoria, ningún recuento, ningún espejo).

7. Si no crees en la reflexión sobre la práctica como forma de crecer profesionalmente, posiblemente no tendrías que ir de prácticas, directamente que te den el título

8. si crees que puedes aprender algo y hablar de ello, deberías ser capaz de reflejarlo en un cuaderno donde dialogamos tú y yo, donde puedes poner lo que quieras, donde tú te preguntas y yo te puedo dar pistas para responderte. Lo hemos intentado.

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