Innovar en Secundaria y en la universidad. Algunas vías

Gabriela trabaja en la enseñanza de la química en la Universidad. Omar es un innovador de la enseñanza de la medicina. A los dos les preocupa la enseñanza en la universidad.
Gabriela, que enseña en la universidad, quiere saber qué consideramos innovación en la enseñanza de la química en Secundaria y describir focos de innovación, con informantes cualificados (profesores de Didáctica que preparan en Uruguay a los docentes de Secundaria, Inspectores). ¿Le preocupan las lagunas de los estudiantes que llegan? De eso hablamos, de la manía de las lagunas como causa de todos los males.
A Omar le preocupa el crecimiento de las tasas de deserción de estudiantes de Medicina. Los programas de maestría y doctorado generan muchas bajas. Cree que algo tiene que ver la manía de nuestros colegas docentes universitarios en ser expertos en contenidos. Cree que puede haber mejoras si hay un cambio en el modelo didáctico en la universidad y en el carácter de la relación profesor-estudiante, en este caso el doctorando.
Sobre la innovación hablamos con Gabriela de otras fuentes donde encontrar qué gente innova en la Secundaria, fuera de los canales administrativos y académicos, donde creemos que va a ser difícil encontrar a los innovadores, tales como concursos de materiales, olimpiadas, blogs de docentes, cursos de formación continua desarrollados fuera de la universidad. Seguro que pueden ser otros muchos los espacios donde buscarlos. Y será excelente encontrarlos para construir innovación, como luego se dice.
También hablamos de condiciones de la profesión que no excusan pero que ayudan a entender por qué no se produce el cambio.
El discurso pro-innovación tiene la perversión de arrojar al borde del camino el saber de los docentes, que no es ignorante, sino que puede ser rutinario e incluso estar encastillado, rígido. Esa rigidez es la que impide dudar, y buscar nuevas vías.
Para romper esas reglas, una vía de ataque para la innovación se basa en la investigación propia y con los estudiantes, llámese proyectos, estudio de casos…
Algunos problemas con la innovación tienen que ver con las reglas vivas en las cabezas de la comunidad, una interiorización de las culturas escolares, de las gramáticas escolares de las que habla Joxemi Correa. “Los estudiantes creen que la ciencia propone verdades”, dice Gabriela. Es una de las fronteras, romper la divinización de la ciencia y volver a la epistemología de las ciencias, que precisamente no las diviniza.
Otras vías tienen que ver con la creación de una comunidad, lo colectivo frente a lo individual.
A Omar quizá le ayude las preguntas que nos hacemos en relación con la teleformación, porque ha sido un espacio donde hay que recrear la presencia cognitiva, social y personal de la que habla Terry Anderson, algo que a veces falta en la propia enseñanza presencial, algo que nos parece que hay que regenerar. Cada vez es más importante el coaprendizaje. Nuevamente la enseñanza fuera de las reglas, la comunicación desbordando espacios rígidos de relación.
En nuestro diálogo llegamos a establecer algunas pautas de cosas que ocurren cuando se innova. La innovación está siempre en la periferia del sistema educativo. Hay fragilidad en la innovación. La innovación puede ser modesta, podemos incluso no encontrar innovación en estos momentos.
Esto pasa en Uruguay, donde la universidad está volcada en la comunidad, lo que aquí se llama modestamente Extensión universitaria. Cuando los estudiantes que van a ser docentes se encuentran con la realidad del país, hay muchos choques y cambios en sus cabezas.
Este encuentro también tiene mucho de cimiento para otras innovaciones.