Hace unos días presentamos en Granada el libro “Preguntas fundamentales de la enseñanza”, de ed. Universitas. Es una obra colectiva escrita con la colaboración de 12 profesores innovadores, 12 miembros de MRP y 12 académicos e investigadores de la educación. Me van a permitir que por proximidad temática y ocupación habitual les avance un análisis de lo referido a la pregunta “¿Cuál crees que es el papel que deben jugar las TIC en la enseñanza?”. Va a ser una aproximación muy pequeña, sigue en curso.
La vocación de la obra, como habrán apreciado si han ojeado el índice, no es simplemente reunir opiniones fundadas sobre 13 preguntas, sino la de abrir un debate, pues el libro se ha dispuesto con todas las reflexiones a las preguntas formuladas a cada autor en la primera mitad del libro; y en la segunda por temática didáctica (con todas las respuestas de todos los autores a la misma pregunta).
He realizado un análisis de las respuestas obtenidas. Los primeros resultados, una tabla de frecuencias de conceptos o etiquetas, ya son reveladores tanto en su conjunto como por las diferencias que marcan entre colectivos.
Preguntas fundamentales de la enseñanza
Dicho sin rodeos, del análisis cuantitativo se desprende un barullo sobre el papel de las TIC en educación, orientado por los peligros que conviene evitar (quizá lo que más une a todos los entrevistados), para luego (a partes iguales) bien darle a las TIC un papel secundario de recurso, bien apostar por otra pedagogía que está por hacerse, democrática, pública, abierta, creativa, colaborativa… Tengo que avanzarles que, como estudioso crítico del campo y tras más de 50 años de existencia de la temática y 30 de producción académica intensiva sobre el tema, no sé si espeluznarme o ponerme a llorar. Veamos el catálogo de peligros: bombardeo, estupidez, irracionalidad, hipnotismo, fascinación, seducción, manipulación, sesgo, politización, mercantilización, condicionamiento de cabezas, subdesarrollo, adicción, simplificación, falta de diálogo, injusticia, plagio. Son los nuevos pecados capitales de la introducción de las TIC en las escuelas.
Nos sorprende el énfasis en los peligros, al que se añaden a la par profesores innovadores y académicos universitarios, un espacio en el que se igualan. Si le sumamos el negacionismo tecnológico, aspecto sobre el que insisten los profesores innovadores y al que se suman más o menos abiertamente algunos académicos (uno con claridad, otros dos ocultos en los peligros), nos encontramos más con un problema que con una oportunidad.
La oportunidad que suponen las TIC para construir una enseñanza diferente, más democrática y radical, la apuntan sólo los académicos, y muy tímidamente los MRP, que deben esperarla pero no de este palo de las TIC. La reflexión de los MRP es sobre la necesidad de una educación más crítica, casi se podría añadir que con o sin TIC.
En el extremo opuesto, entre los temas menos representados, encontramos escaso interés por el mantra habitual entre el profesorado de a pie al hablar de TIC, a saber: la formación del profesorado, el hard y el soft disponibles en los centros. Y una sola referencia (de casi 200) a las necesidades educativas especiales.
Aquí podríamos ahora reflexionar sobre estas diferencias. No se trata de si llevamos el pelo largo o corto, o si nos gusta el marrón o el beige para vestir. Se trata de cómo abordamos un problema pedagógico. La perspectiva problematizadora emprendida por unos y otros y el silenciamiento general de la necesidad de transformar la enseñanza (sea por, a través o con el pretexto de las TIC) no deja de llamarme la atención y replantearme mi trabajo como especialista del campo. Quizá esto es lo que alguno de los lectores pueda encontrar en nuestra obra, que es coral.
Puesto que lo mayoritario es negar bondades, habrá que intentar entenderlo.
Aparecen tantos sapos y culebras escondidos en las TIC, algunos de ellos variantes de otros que no nos escandalizan en la sociedad supuestamente pretecnológica, que el esfuerzo por parte de un profesor de a pie de pensar las TIC en la enseñanza, la pregunta que se formulaba en el libro, quizá no compense los resultados. La carta de presentación para las TIC en la enseñanza que hacen los que más han vivido, practicado y saben no anima a nadie.
Se le han puesto tantas pegas a las TIC en la enseñanza que no pinta nada bien que ninguno de los que imputan peligros se ponga a mirar con un poco de cariño el problema pedagógico planteado, integrar las TIC o hacerlas invisibles en la enseñanza. Nada más fácil que anunciar tus peligros. Si no te veo no estás. Se hace muy difícil la integración de las TIC en la enseñanza si hacemos caso a los innovadores y la academia.
Pues para que las TIC atiendan lo esencial debemos preguntarle: ¿sirves a propósitos humanos? (Sherry Turkle) ¿Esos propósitos me son propicios en mi trabajo como educador? En la artificialidad del espacio educativo, ¿sirves a mis propósitos para hacer de la experiencia educativa una oportunidad nueva? Si hay una respuesta suficientemente propicia a nuestros propósitos, entonces hay que tomar las TIC de hoz y coz, como el aprendizaje de una lengua, la defensa de los derechos humanos o la causa feminista. Y luego, al experimentarlas como un converso, decidir cómo será otro semestre, otro año.
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